Sentados en las rojas butacas de un pequeño y acogedor cine, rodeados de una atmósfera de verano con suéter de hilo, disponemos a ver otra película. Somos alrededor de 20 personas en este espacio que comienzan a vivenciar la historia de una familia no convencional.
Jules (Julianne Moore) y Nic (Annette Bening) son una pareja que tiene 2 hijos: Laser y Joni, ambos concebidos por inseminación artificial. Sí, aunque parezca raro, dos mujeres pareja entre si, son madres de estos dos jóvenes.
La atmósfera del cine permite que todo aquello imposible afuera sea real en la pantalla. Son una familia diferente como tantas otras y similar en términos de los afectos, roles, poderes y diálogos.
Esta película nos invita a recorrer la travesía de una familia y los conflictos que pueden desde ella emanar, no trata de militar en la defensa de la maternidad – paternidad o adopción gay, sino de cómo enfrentan los desafíos de la aparición del padre biológico (Mark Ruffalo), la búsqueda de identidad de l@s hij@s, las relaciones de poder entre las madres, la búsqueda de consenso en las normas, el manejo de los afectos, placer, comunicación y amor.
Sorprendente resultan las actuaciones de dos consagradas y premiadas actrices, destacando a Annette Bening, quien en unos instantes sostiene con su mirada el ritmo, la tensión y emoción, mientras el resto continúa con la plática casual de la cena de l@s hij@s, dos madres y el padre donante.
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